miércoles, 14 de abril de 2010

El olor de La Habana.

Aunque muchos años tardé en descubrirlo ahora estoy seguro de que la magia de La Habana brota de su olor. Quien conozca la ciudad debe admitir que posee una luz propia, densa y leve al mismo tiempo, y un colorido inmenso, que la distingue entre mil ciudades del mundo. Ella fue desde su génesis el sitio donde confluyeron hombres y mujeres de muchas partes de la tierra. Sus días de fundación y primeras piedras se pierden en el tiempo.

El recuerdo de sus primeros habitantes se diluye en los vericuetos de la historia. Pero unicamente su olor resulta capaz de otorgarle ese espíritu inconfundible que la hace permanecer viva en el recuerdo, de cuanto forastero llega hasta sus predios. La Habana huele a mujer, a mar, a salitre. La Habana resume en sí misma la esencia de la vida, de la tierra, de las flores.


Ella mezcla el aroma de los camarones, los trozos de carne de cerdo, o el pescado que se fríe en el aceite, con el de sus autos, sus barcos y las muchas industrias que preñan su bahía de progresos y modernidad. Porque el olor de La Habana no es mejor ni peor, no es perfume ni es fetidez, y sobre todo no es puro, germina de la mezcla febril rezumada por una ciudad caótica y alucinante.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias ..megusto mucho...
porfavor mas......

wolfgang dijo...

gracias ...meguso mucho tus fotos

Yaima Cabezas dijo...

Qué bueno que dediques un tiempo para venir y escribir de La Habana y que además lo alabes de esa forma...y que destaques lo que de bueno tiene, que más allá de lo externo es lo que encierra en su mundo interior, sus personas, sus recónditos sentimientos...Me siento orgullosa de saber que personas como tú, lejanas de esta realidad, la disfruten y vuelvan una y otra vez, aunque sea por diversas razones.
Un beso mi amigo, me gusta como lo haces, es muy amena tu lectura. Te espero para la próxima!!!

Heyse dijo...

Concuerdo en que no es olor ni fetidez, es algo caracterisco de Capital que a muchos los enamora y los tienta a quedarse entre su gente. A pesar de sufrir de igual forma los problemas economicos y sociales del pais, mantiene su toque caribeño y de gente bella. Muy bonito el articulo Rey, una lastima que sean escasos ya.

Kike Perdomo Silva dijo...

La Bana es un lugar hermoso que, en ocasiones, no sé si ame u odie. Quizá la impotencia de querer estar y no hacerlo realidad, me hace verla como una simple locación turística. En verdad me quedo sin palabras. Sus cines, plazas, conciertos, buses a su hora... qué placer!

Ramon dijo...

Reinier,

No hay duda que escribir es tu fuerte. La combinacion de las fotos y las imagenes mas tu propia percepcion hacen de esta pieza tuya algo que recrea los sentidos.

Continua escribiendo,

Ramon

Reinier Barrios Mesa dijo...

A todos gracias por llegar hasta aqui. La verdad es que La Habana me hechiza, me cautiva, me invita siempre a una estancia en sus predios más allá de la que puedo darle. Por eso hice estas y otras muchas fotos que prometo enviar a mi amigo Wolfgang hasta su tierra lejana allá en la patria de Goethe. Para Yaima el beso y la seguridad de otros abrazos en esa Habana de los dos, que nos hemos bebido hasta ahora en pequeños sorbos. Para Heyse, el deseo de que pueda respirar alguna vez conmigo ese olor de la Habana que intento compartir desde la palabra. Para Luis el impulso a no dejarse vencer y a Ramón las gracias por sus elogios que siempre llegan a mi como aliento de vida... Para los que llegan y no escriben el abrazo también... Sigan conmigo en mi empeño de vivir y crecer....En Florida o en La Habana... No me dejen