jueves, 7 de octubre de 2010

Aquella cosa horrible en mi garganta...

Memorias del intento de un golpe de estado en Latinoamérica.

El recuerdo del efecto de los gases lacrimógenos cocinando mis ojos, y las imágenes de los policías reprimiendo a los estudiantes universitarios en la Avenida América, son el recuerdo más vivo que queda en mi mente del intento de golpe de estado perpetrado contra Rafael Correa, presidente constitucional del Ecuador en el último día de septiembre.
Quiso el destino que fuera testigo yo, de sucesos antes leídos sólo en los libros, reflejados por otros colegas periodistas o simplemente relatados desde el lente de profesionales y artistas en otras latitudes siempre ajenas a las mías… Pero esta vez la vida me puso aquí, en el vórtice del apetito y la rapacidad de los oligarcas inconformes de nuestro continente.
Estaba yo bien cerca de mi patria cuando sentí el ruido de las sirenas. Policías y estudiantes se enfrentaban en un combate frontal y con la calle como campo de batallas. Los unos con balas de gomas, gases y la amenaza constante de hacer disparar sus fusiles y pistolas, los otros con palos, piedras, banderas con la imagen del Che y pañuelos sobre sus bocas.
Se anunciaba cadena de radio y televisión y todos pasaban de oído en oído la noticia. Era inevitables el caos y la desobediencia civil. Entonces las gomas quemándose, y los negocios cerrando, y las ambulancias hacia todas partes, y la sangre saliendo de sus cabezas, sus brazos, sus cuerpos todos. Minutos antes un presidente vejado en el cuartel de los chapas sublevados, un presidente secuestrado en un hospital, el caos en un país empeñado en hacer una revolución ciudadana que por primera vez dota a sus hijos de escuelas y hospitales gratis.
No voy a contar lo que ya todos vieron. Las imágenes dieron la vuelta al mundo. Sólo pretendo no olvidar el efecto de aquel gas horrible penetrando en mi nariz, aquella imagen atroz de un policía golpeando a un muchacho joven y de pelo largo, mientras se arrastraba por el piso intentando huir de sus manos.En ese instante supremo de mi vida, recordé mis días de universitario en la isla de las palmas y el mar azul, como me gusta siempre decir. Me vi eligiendo a los dirigentes de la organización que nos agrupaba, me supe organizando galas artísticas, compitiendo en aquellos juegos interfacultades donde la rivalidad era el pretexto para nuevos amigos y nuevos amores.
Sólo el efecto del gas en mi garganta cortó tales recuerdos. Fue como si una llama penetrara en tu boca y tu nariz y entonces te impidiera pensar. Sólo te aferras al oxígeno, como ha de aferrarse un león a su presa cuando le supera el instinto, la necesidad de alimento. Caes al suelo vencido por el miedo y el horror. Y los gritos de todos los decibeles, la gente como tú extendiendo sus manos como si el aire pudiera ser algo palpable, como si en ese momento anduviera dándose en ración y nadie quisiera perder la suya. Y todos preguntándose hasta donde es capaz de movernos el odio, hasta donde es posible que dejemos de reconocernos hermanos cuando mueven a los hombres sentimientos tan mezquinos.
Ahora que avanza Octubre y respiro un aire mejor, no me olvido de aquel mediodía de Quito donde fui uno más en sus calles. Aquella noche en Carondelet en que mi puño estaba allí para denunciar el atropello y la injusticia. Hoy buscan responsables, condenan posiciones y cada quien hace su propio relato de lo acontecido. Yo solo no puedo olvidar aquella cosa horrible en mi garganta, aquel intento de aferrarme a la vida, aquel pueblo alzado y en defensa de sus sueños y esperanzas.
Desde entonces entendí mejor a Cuba y me sentí más orgulloso de su gente, más feliz de que tengamos una tierra incomprendida y llena de muchos que no comprenden, pero tranquila, nuestra, única, tremenda.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Reinier,

Gracias por compartir tus experiencias en momentos de caracter trascendental en tu vida y en la vida de muchos otros. Eso te acerca mucho mas a tus lectores y a los que te siguen desde diversos puntos de la tierra.

Anónimo dijo...

¿ya te diste por enterado de esta noticia?
Claro, en tu ciudad, nunca pasan esas cosas horribles del capitalismo...
En la madrugada del pasado martes asesinaron al "Moro" conocido joyero-relojero de la ciudad de Florida en Camaguey; a su esposa la dieron por muerta, pero fue operada , y milagrosamente está a salvo, pues los golpearon salvajemente. Al parecer pretendían obtener la combinación de una caja fuerte que según él nadie podría abrir, y que guardaba en la casa.No se conocen muchos más detalles, pero el pueblo entero está consternado.

Dedalus dijo...

Hola!
Pues sí. Pero, por qué será?
http://www.youtube.com/watch?v=iPRrvaciYRw

Reinier Barrios Mesa dijo...

Gracias a todos por sus comentarios incluso a Dedalus quien nos regala la oportunidad de ver un video de un hecho lamentable en la isla. Te juro Dedalus que el tratamiento que le dio la policia de Ecuador a sus hermanos, fue mucho peor que el que se ve en esas imagenes con las famosas Damas de Blanco, que deberian ser Damas de Verde, a juzgar por el salario que les viene desde lejos. Gracias a todos por seguir visitando mi pagina... Les abrazo con nostalgia .. a la mitad del mundo.